Reconocidos investigadores en el campo del Trabajo Social, conciben las incertidumbres como situaciones ambiguas, complejas e impredecibles; combinadas con información endeble o inconsistente.
El término se hizo bastante popular durante el brote de COVID-19, pero es posible verlo en cualquier ámbito de la cotidianidad. Por ejemplo, se presenta cuando una persona pierde el trabajo en el que llevaba años y no sabe cómo cubrirá sus obligaciones económicas.
La mayoría de las personas sienten aversión a la incertidumbre, ya que las saca de su zona de confort. Esto, podría derivar en patologías psicológicas como estrés, ansiedad, miedo y apatía. En tal escenario, el rol del trabajador social adquiere gran importancia.
¿Qué es el Trabajo Social y cómo ayuda en tiempos de incertidumbre?
El trabajador social tiene como objetivo fomentar el desarrollo de relaciones saludables e impulsar cambios sociales que mejoren la calidad de vida de las personas.
Su ocupación tiene un potencial transformador de diferentes realidades, entre ellas, momentos de incertidumbre. En estos casos, cumple su labor de la siguiente forma:
Facilitador para superar la situación
Los trabajadores sociales brindan atención directa. También ejercen como mediadores en la búsqueda de soluciones a los problemas que enfrentan los individuos o grupos sociales.
En ese sentido, cuando identifican a alguien que está experimentando consecuencias negativas de situaciones de incertidumbre, pueden proceder con las acciones necesarias para mitigar su impacto.
En sí, el objetivo del trabajador social es reducir al mínimo el efecto negativo de las situaciones de incertidumbre y promover acciones para salir de ellas lo antes posible.
Apoyo profesional y emocional
De acuerdo con la Federación Internacional de Trabajadores Sociales, la práctica de la disciplina abarca una diversidad de actividades que circunscriben varias formas de terapia y asesoramiento.
El profesional del área ayuda a la persona a conocer y comprender mejor la incertidumbre que vive. Al mismo tiempo, puede aportar soluciones.
El abordaje de estas situaciones inciertas se realiza desde la base de un pensamiento crítico, en el que el rol del trabajador social es el de un orientador, sin pretender ser el portador de verdades absolutas.
Los momentos de incertidumbre son algo propio de la labor del trabajador social, y su relación será cada vez más fuerte si se considera el crecimiento de la sociedad, sus complejidades cambiantes y coyunturas de orden mundial.
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