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¿Por qué estudiar una segunda carrera si ya trabajo?

Son muchas las razones por las que un profesional puede regresar a la universidad en busca de una segunda carrera. Algunos no se sienten completamente satisfechos con su primera profesión, otros lo hacen porque reconocen la importancia de profundizar su nivel de preparación debido a la alta competencia que existe en el mercado global.

No obstante, la realidad es que, cuando se comienza a trabajar, el tiempo se reduce y comienzan a percibirse ganancias económicas que muchas veces descartan la posibilidad de continuar aprendiendo y creciendo académicamente. ¿Por qué vale la pena considerar una segunda carrera universitaria, si ya se está trabajando?

1. Una oferta que se distingue entre la competencia

En esta era de la información, el talento humano se ha internacionalizado a causa del impacto de la globalización. La competencia ya no es local, ni regional, sino global. Las empresas ahora pueden seleccionar entre muchas más opciones al trabajador que ocupará un determinado puesto, por lo que las oportunidades se inclinarán más hacia el mejor postor en capacidad, conocimientos y competencias.

Una buena manera de medir estos atributos en un postulante por parte de las empresas es a través de los logros académicos obtenidos. Un profesional con dos carreras culminadas denota muchas cualidades atractivas que pudiesen encajar con el puesto, como la eficiencia y productividad, la buena gestión del tiempo, el equilibrio personal y laboral, y la madurez para asumir cualquier responsabilidad.

2. Una combinación de conocimientos y habilidades para innovar

Con el paso del tiempo y los avances tecnológicos, surgen nuevas necesidades en las empresas, nuevos productos o servicios, y nuevos modelos de negocio. No es de sorprender que nuevas carreras estén naciendo para dar atención a todas estas necesidades.

Dos carreras pueden complementarse perfectamente para ofrecer un nivel de conocimientos más amplio y completo en relación a un sector específico o general, e incluso si el objetivo es emprender un negocio propio, una segunda carrera universitaria puede proveerle las herramientas necesarias a un profesional.

3. Mayor consideración y mejores oportunidades

Todas las personas saben, o al menos se imaginan, lo duro que es trabajar y estudiar al mismo tiempo. Por esto, se admira y respeta a quien estudia una segunda carrera luego de su jornada diaria, pues se requiere de un alto grado de organización y un buen manejo de la agenda.

Además, las empresas reconocen que la persona que ha tomado esta decisión tiene una personalidad definida y valorada, así que es más probable que lo tomen en cuenta para mejores posiciones y demostrarán mayor flexibilidad a fin de que se siga capacitando, después de todo la organización también se beneficia.

4. Indicadores del éxito profesional

El incremento en los ingresos anuales, el progreso a nivel jerárquico y la cantidad proyectos cerrados con éxito o clientes satisfechos, forman parte de los indicadores de éxito profesional más comunes.

Asumir el reto de una segunda carrera universitaria puede ayudar a cualquier persona a alcanzar sus objetivos, además de disfrutar de un sentido de logro y realización personal que formarán un círculo virtuoso lleno de nuevos objetivos y metas por lograr.

Estudiar una segunda carrera mientras se trabaja, ciertamente es una inversión de tiempo, esfuerzo y dinero, pero si se organizan muy bien las actividades, se implementan estrategias de estudio y se mantiene el trabajo al día, es posible lograrlo.