El contexto en el que se desenvuelven los jóvenes no es el mejor. Además de las amenazas asociadas a la salud mental y consumismo, enfrentan una especie de discriminación etaria que les impide desarrollar todo su potencial.
De hecho, el Informe Global sobre Edadismo, presentado por la ONU en 2021, evidencia que sufren barreras de acceso a empleo, participación política, salud y justicia.
Por lo anterior, es imprescindible abordar la problemática desde diferentes aristas, siendo el Trabajo Social una herramienta clave que les puede ayudar a crecer personal y profesionalmente.
¿Qué hace un Trabajador Social y cómo ayuda a los jóvenes a cambiar su vida?
Entre los principales objetivos del Trabajo Social con jóvenes, se encuentra hacerles seguimiento y brindarles asesoría que los impulse en su crecimiento personal y profesional.
Algunas de las acciones que realiza para lograrlo son las siguientes:
Atención directa y mediación para resolver necesidades
La juventud es agente de cambio, representa el futuro de la sociedad y puede ser positiva para el desarrollo. Sin embargo, esto funciona solo cuando se le guía de forma correcta y brinda las competencias y oportunidades necesarias para prosperar.
El trabajo de Asistente Social puede ayudar al respecto. Es posible debido a sus conocimientos en Psicología y Ciencias Sociales, además de su interacción directa con personas y comunidades.
Todo esto le permite trabajar en proyectos de intervención y construir relaciones respetuosas con los jóvenes y sus familias.
En ese momento, tiene la oportunidad para ejercer como una especie de coaching que, mediante sesiones individuales o grupales, ayuda a la autoconstrucción de identidad.
También enseña a buscar oportunidades (educativas y laborales), mientras motiva a plantearse objetivos de gran envergadura y trazar estrategias para lograrlos.
Además, el profesional puede ejercer como mediador entre los jóvenes con metas específicas y las entidades públicas y privadas que brindan los recursos necesarios para cumplirlas.
Por ejemplo, tramitación de becas, bonos estatales, fondos de emprendimiento, programas de intercambio cultural, etc.
Participación en la creación y gestión de políticas de juventudes
El trabajador social también puede participar en la investigación y detección de necesidades de la población juvenil, con el fin de orientar políticas públicas que las satisfagan.
También, puede ayudar en la implementación y gestión de las mismas, procurando asegurar que lleguen de forma eficiente y eficaz a los sujetos sociales a quienes van destinadas.
Esto, pues, suelen gozar de buena cercanía, credibilidad y legitimidad por parte de las comunidades e individuos.
Desarrollo de proyectos para la recuperación de espacios desde los intereses de los jóvenes
Reapropiar espacios para la puesta en marcha de actividades y asociaciones juveniles, es otro de los objetivos del Trabajo Social a la hora de pensar en cambiar la vida de la juventud.
Al hacerlo, enseña a los jóvenes a involucrarse en los procesos de participación ciudadana y los motiva a desarrollar sus propios proyectos.
Esto es algo de lo que hace un Trabajador Social para ayudar a la juventud a crecer personal y profesionalmente.
Sin embargo, su campo de acción es muy extenso. Esto, puesto que la sola intervención en un programa de prevención de alcoholismo o educación sexual puede cambiar la vida de muchos jóvenes.
En todo caso, el trabajo de Asistente Social con jóvenes implica una formación académica fuerte. La carrera de Trabajo Social bajo la modalidad Advance UNAB es la mejor opción al respecto.
Brinda todos los conocimientos y habilidades necesarias para la intervención eficaz en cualquier grupo social. Adicional a esto, se dicta en horario flexible y valida experiencia y aprendizajes previos, permitiendo obtener el título en 2 o 3 años.
Sin duda, es una gran alternativa, para aquellos que quieran complementar conocimientos y mejorar sus aptitudes.